“Mi Jardín”: El libro que enseñó a leer a muchas generaciones en Venezuela e Hispanoamérica

En la historia de la educación venezolana, pocos libros han tenido un impacto tan profundo y duradero como «Mi Jardín» , una obra que no solo marcó el inicio del camino académico de millones de niños en Venezuela, sino también en toda la comunidad hispanohablante. Este texto, sencillo en su diseño pero revolucionario en su metodología, es el fruto de la dedicación, vocación y visión pedagógica de dos jesuitas españoles radicados en Venezuela: Ángel Díaz de Cerio, S.J. , autor principal, y Félix Otaegui Chapartegui, S.J. , editor y gestor clave detrás de su difusión.

La historia de «Mi Jardín» es una historia de encuentros fortuitos, vocaciones descubiertas en las aulas y una incansable labor por llevar la educación a quienes más lo necesitaban. Hoy recordamos sus vidas, su legado y cómo este libro se convirtió en un faro para la lectoescritura en América Latina y España.

Los Autores: Dos Jesuitas con Alma de Maestros

Ángel Díaz de Cerio (1907-2000): El Creador por Accidente y Vocación

Nacido en Azuelo, Navarra, España, el 12 de agosto de 1907, Ángel Díaz de Cerio ingresó muy joven a la Compañía de Jesús, en 1926. Su vida religiosa lo condujo primero a tareas humildes, como la sacristanía y el servicio general en los colegios jesuitas. Sin embargo, fue en 1939, al ser destinado al Colegio San Ignacio de Caracas, donde comenzó su verdadera vocación docente.

Allí, como maestro de primer grado, observó las dificultades de los niños para aprender a leer y escribir. Para facilitarles el proceso, creó unos «apunticos», pequeños cuadernillos ilustrados con letras, palabras simples y actividades lúdicas. Estos materiales, creados con amor y sentido práctico, resultaron tan efectivos que rápidamente se extendieron por todo el colegio.

Alentado por uno de los padres jesuitas, decidió publicarlos oficialmente. En 1947 apareció la primera versión de «Mi Jardín» , y poco después se consolidó la Colección Angelito , nombre inspirado en su propio nombre de pila. La demanda fue tal que en 1962 se fundó la Distribuidora Estudios , institución dedicada exclusivamente a la producción y distribución de estos textos.

Durante décadas, «Mi Jardín» y otros títulos como «Angelito» , «Perucho» y «Kikiriqui» se convirtieron en pilares fundamentales de la enseñanza inicial en lengua española. Díaz de Cerio escribió aproximadamente veinte obras educativas, muchas de ellas enfocadas en la lectoescritura, la moral y la religión. Aunque no contaba con formación académica formal en pedagogía, su intuición, paciencia y cariño por los niños hicieron de él uno de los autores más exitosos de la historia editorial venezolana.

Su labor fue reconocida en múltiples ocasiones, incluyendo la condecoración Orden 27 de Junio en su Primera Clase, otorgada por el Estado venezolano a los educadores más destacados. Trabajó incansablemente hasta el final de sus días, incluso cuando su salud declinaba. Falleció el 23 de agosto del año 2000, a los 93 años, tras dedicar 74 años a la Compañía de Jesús y haber vendido más de 21 millones de ejemplares solo en la década de 1970.

Félix Otaegui Chapartegui (1929-2017): El Editor que Hizo Llegar el Conocimiento a Todos

Félix Otaegui nació en Beizama, Guipúzcoa, España, el 15 de enero de 1929. Ingresó a la Compañía de Jesús en Loyola en 1949 y llegó a Venezuela en 1951, donde profesó sus primeros votos. Desde joven mostró habilidades para la enseñanza, la administración y el cuidado social.

Después de trabajar como maestro normalista en Barquisimeto y director de primaria en el Colegio San Francisco Javier, fue llamado en 1973 a desempeñarse como editor en la recién creada Distribuidora Estudios , cuyo propósito era gestionar la alta demanda de los libros del Hermano Díaz de Cerio.

Otaegui no solo perfeccionó el diseño, edición y logística de «Mi Jardín» ; también desarrolló su propia obra educativa: «Es Fácil» , un libro enfocado en el desarrollo perceptual y motor como base para la lectoescritura. Esta obra reflejaba su interés por adaptar los métodos pedagógicos a las necesidades reales de los niños.

Como director de la Distribuidora Estudios desde 1976 hasta 1984, garantizó que «Mi Jardín» llegara a comunidades rurales, urbanas y marginadas, no solo en Venezuela, sino también en países como Colombia, Ecuador, Perú, México y España. Además, las ganancias obtenidas permitieron financiar becas para jóvenes jesuitas que deseaban estudiar en universidades extranjeras.

Pero su labor no se limitó al ámbito editorial. En 1987 asumió la dirección del Hogar Virgen de los Dolores , un centro dedicado a acoger a niños y niñas en situación de abandono o extrema pobreza. Allí trabajó durante más de dos décadas, implementando programas educativos, campamentos al aire libre y talleres psicosociales. También colaboró con grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos y se especializó en temas de psicología infantil.

Félix Otaegui falleció el 10 de enero de 2017, a los 87 años, tras 67 años de vida consagrada a la Compañía de Jesús. Se le recuerda como un hombre humilde, comprometido y visionario, cuya labor transformó tanto la educación como la vida de miles de niños vulnerables.

El Nacimiento de una Obra Histórica: De los “Apunticos” a un Éxito Mundial

«Mi Jardín» nació en 1947 como respuesta a una necesidad real: enseñar a leer y escribir a niños de primer grado de manera intuitiva y afectiva. Los «apunticos» originales eran hojas manuscritas con dibujos sencillos, letras mayúsculas y palabras cortas. Pero pronto evolucionaron en un método estructurado que combinaba:

  • Lenguaje claro y accesible
  • Ilustraciones didácticas
  • Ejercicios progresivos y motivadores
  • Una narrativa cercana al mundo infantil

Este enfoque innovador contrastaba con los libros tradicionales de la época, que solían ser abstractos, complejos y alejados de la realidad de los niños. «Mi Jardín» logró captar la atención de los pequeños y hacer que aprendieran sin sentirse abrumados.

En 1962, ante el éxito masivo de esta obra, se fundó la Distribuidora Estudios , encargada de imprimir, editar y distribuir los libros escolares de Díaz de Cerio. Gracias a esta infraestructura, «Mi Jardín» llegó a todos los rincones de Venezuela y luego se expandió internacionalmente.

Impacto Educativo y Cultural

«Mi Jardín» no solo influyó en la forma en que se enseña la lectoescritura, sino que también dejó una huella cultural imborrable en toda una generación de latinoamericanos. Muchos adultos hoy recuerdan con nostalgia su primer contacto con las letras gracias a personajes como «Miguel», «Lucy», «Don Panchito» o «La Vaca Lola».

Entre sus principales contribuciones están:

  • Democratización de la Educación: «Mi Jardín» hizo posible que niños de todas las clases sociales accedieran a una herramienta educativa de calidad.
  • Metodología Innovadora: Su enfoque gradual y visual facilitó el aprendizaje, especialmente en zonas rurales y comunidades marginadas.
  • Formación de Educadores: Miles de maestros encontraron en «Mi Jardín» un modelo pedagógico eficaz y replicable.
  • Sostenibilidad de la Educación Jesuita: Las ganancias derivadas de sus ventas ayudaron a mantener escuelas, becas y proyectos sociales liderados por la Compañía de Jesús.

Además, «Mi Jardín» fue adoptado en numerosos países hispanohablantes, validando su universalidad y adaptabilidad cultural. En España, por ejemplo, se utilizó como referencia para reformular los planes de estudio en educación primaria.

Más que un Libro, un Legado de Fe y Educación

«Mi Jardín» es mucho más que un libro escolar. Es el testimonio de una amistad, una colaboración y una vocación compartida entre dos hombres que creyeron firmemente en el poder transformador de la educación. Ángel Díaz de Cerio y Félix Otaegui Chapartegui no solo escribieron un libro: sembraron una semilla que sigue germinando en cada niño que abre sus páginas.

Gracias a ellos, millones de personas aprendieron a leer, a soñar y a construir un futuro mejor. Su legado perdura no solo en las páginas de «Mi Jardín» , sino también en cada aula donde se enseña con amor, paciencia y compromiso.

Hoy, «Mi Jardín» continúa siendo un símbolo de esperanza, una herramienta pedagógica atemporal y un homenaje viviente a quienes, sin buscar la fama, marcaron la diferencia en la vida de tantos.


Fuente: Archivo histórico sobre «Mi Jardín» y sus autores, basado en información proporcionada por la Compañía de Jesús en Venezuela.

Rosalbo Camargo Siliet

Rosalbo Camargo Siliet

Rosalbo Camargo Siliet
Licenciado en Comunicación Social
Periodista • Locutor • Desarrollador Web
YATVO - Tu Canal Online
San Felipe, Venezuela — Lima, Perú

Descubre mis publicaciones en:

🌐 Web / Autor

Sígueme en redes sociales:

📘 Facebook
 
📸 Instagram