La dirigencia del partido político Derecha Democrática Popular (DDP) ha manifestado su preocupación ante lo que consideran una «descarada intromisión» de la transnacional Exxon Mobil en los asuntos políticos y económicos de Venezuela. En este sentido, el partido insta al gobierno nacional a tomar las acciones legales pertinentes para exigir a dicha empresa la indemnización por los daños ocasionados tras la prohibición impuesta por el gobierno de los Estados Unidos a la operación de Chevron en el país.
José Francisco Contreras, secretario general de DDP, ha hecho un llamado al gobierno para que se realice una cuantificación precisa de los daños sufridos, que sirva como base para el cálculo del monto que debe ser indemnizado por Exxon Mobil. «Es evidente que la acción de Exxon Mobil ha sido la provocadora de la decisión del gobierno de Donald Trump. Por ello, solicitamos al Ejecutivo que implemente medidas concretas más allá de las meras declaraciones, con el objetivo de expulsar a esta empresa del Esequibo venezolano y demandar indemnización por sus actividades en nuestro territorio y en las aguas no delimitadas», afirmó Contreras.
La relación entre Exxon Mobil y Venezuela ha sido históricamente conflictiva. En octubre de 2014, el Comité Internacional para el Arreglo de Diferencias vinculadas a Inversiones Extranjeras (Ciadi), una instancia perteneciente al Banco Mundial, falló a favor de Exxon en una demanda que obligaba al estado venezolano a pagar 1.600 millones de dólares como compensación por la estatización de sus bienes y activos en el país. Esta enemistad se ha consolidado a lo largo de los años, y la presencia de Exxon Mobil en el Esequibo ha exacerbado las tensiones debido a las exploraciones petroleras que la empresa realiza en áreas que Venezuela considera parte de su territorio.
La DDP exige que el gobierno venezolano tome medidas firmes y concretas para asegurar que Exxon Mobil sea retirada del Esequibo y pague una indemnización por los perjuicios causados a la nación. La disputa territorial sobre el Esequibo y la presencia de Exxon Mobil en la región han sido un conflicto histórico entre Venezuela y Guyana, con implicaciones geopolíticas significativas.