Hoy es una fecha en la que se hace necesario recordar a un insigne y trascendental yaracuyano, como es Carmelo Fernández Páez, quien vio la luz en San José de Guama, Estado Yaracuy, conocido por ser el autor del retrato a Bolívar, que posteriormente sirvió de inspiración para ser incorporado en varias denominaciones de billetes, así como el perfil del Libertador en nuestra moneda.
Nació el 30 de junio de 1809, hijo del español José María Fernández y de la venezolana Luisa María Páez Herrera, hermana del general José Antonio Páez. Su cercanía familiar con el general Páez, lo llevó a encontrarse con los acontecimientos de la guerra de independencia hispanoamericana, pero más allá de estar en el frente militar, su fuerte vocación por la pintura y las artes plásticas, hizo que se destacará en este campo e hiciera importantes aportes no solo como dibujante y pintor, sino como pedagogo, cronista gráfico e ingeniero.
Desde muy joven fue enviado a Caracas por su tío materno con el fin de realizar sus estudios. De allí sale del país a completar su formación, para luego regresar, continuar educándose e incorporarse al cuerpo militar.
Parte de sus aportes fue el trabajo de ilustración que realizó en el Atlas Físico y Político de Venezuela de Agustín Codazzi, así como su participación en el diseño del Escudo Nacional. Sus representaciones son un valioso legado que terminaron de documentar el campo y la historia de Colombia y Venezuela en el siglo XIX.
Asimismo, vale resaltar su designación por el Gobierno Nacional en 1842, en la misión de registrar gráficamente las escenas más importantes del traslado de los restos mortales del Libertador Simón Bolívar, desde Santa Marta a Venezuela.
Estuvo gran parte de su vida en tierras de la Nueva Granada, hoy Colombia, donde conoció el amor, vivió momentos cruciales de la vida republicana y dejó una importante producción artística, como testimonio y legado de un personaje histórico y de renombre por su pasión en las artes plásticas y la pintura.
Ha sido uno de los yaracuyanos más notables y su nombre es exaltado como epónimo en varias instituciones, tanto en Yaracuy como en otras regionales del país.
Fallece a la edad de 77 años en nuestro país y desde 1983 sus restos se encuentran reposando en el Panteón Nacional.
