Según un estudio realizado por la Universidad de Padua (Italia), señala que no serían los niños lo que más estresa a las madres, sino que la culpa del nerviosismo y ansiedad la tendrían sus parejas. La investigación arroja que los padres podrían provocar este estrés a través de diferentes puntos, sobretodo porque la madre hace más cosas que el padre y pasa más tiempo con los niños.
Y es que el mero hecho de criar a un hijo es un proceso muy estresante, que requiere que las dos partes estén involucradas, entendiendo que va a afectar la relación irremediablemente, dependiendo de un trabajo en conjunto para superarlo, al igual que con los métodos para cuidar a los niños y todo lo que concierna a su bienestar.
Es la madre, la que generalmente tiene más responsabilidades, porque asume el cuidado de los hijos con mayor profundidad, incluyendo aquellas que hacen auténticos malabares para poder mantenerse cuerdas, a la vez que consiguen hacer que la casa funcione, sus hijos crezcan sanos y además, no repercuta en su trabajo, si es que tienen tareas fuera de casa.
Hay casos en las que muchas de ellas tienen toda la ayuda posible por parte de sus parejas, pero también hay otros en los que el padre se desentiende desde el primer momento. Con más o menos ayuda, a cualquiera de esas madres que se le pregunte, seguro que dirían que les gustaría que el padre de los niños colaborara más de lo que lo hace.
Es inevitable que al convertirse en padres, algunas parejas sufran algún tipo de crisis. Las nuevas responsabilidades y preocupaciones, y sobre todo, el estrés, pasan a formar parte de una rutina diaria para la que hay que estar muy preparado mentalmente. Tener hijos supone un cambio en el estilo de vida. Las madres son las que llevan las riendas del proceso con la maternidad, pero tras dar a luz, el trabajo debería repartirse a partes iguales entre ambos progenitores y ser algo equitativo.
En otro estudio realizado con más de siete mil madres norteamericanas, se descubrió que para el 46% de las madres, su pareja es una fuente de estrés más grande que los niños.
En conclusión, se considera esencial que cada uno de los padres se tomen su tiempo para descubrir qué es lo que piensa el otro, ya que la comunicación es lo más importante a la hora de criar a los niños. También aconsejan a las madres no creerse » » «supermadres», y delegar más responsabilidades en su pareja, porque una madre estresada es algo negativo para ella y toda la familia.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/