Estados Unidos y Venezuela estarían negociando secretamente sobre presos políticos y narcotraficantes

En un contexto de absoluto hermetismo, Estados Unidos y Venezuela llevan a cabo negociaciones para liberar a los presos políticos del régimen de Nicolás Maduro, a cambio de delincuentes comunes detenidos en la cárcel de máxima seguridad de El Salvador. Este intercambio incluye a los nueve ciudadanos estadounidenses desaparecidos en las mazmorras de la dictadura venezolana, cuya liberación es una prioridad para el expresidente Donald Trump.

A cambio, Trump estaría dispuesto a remitir a un número similar de narcotraficantes venezolanos alojados en las unidades carcelarias de Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, lidera las conversaciones con representantes directos de Maduro. Aunque en Caracas existe disposición para cerrar un acuerdo, las condiciones exigidas por el régimen venezolano han sido rechazadas por la Casa Blanca.

Entre las demandas de Maduro se encuentran el levantamiento de sanciones financieras y la autorización para que empresas estadounidenses extraigan y exporten las reservas petroleras de Venezuela. Además, el dictador busca que el intercambio de presos políticos por narcotraficantes no sea simétrico, proponiendo liberar a un ciudadano estadounidense por un número mayor de delincuentes venezolanos detenidos en El Salvador.

El Foro Penal, una organización de derechos humanos, presentó en marzo de 2025 un informe titulado *Presos políticos con nacionalidad extranjera en Venezuela*, en el que se denuncia un patrón sistemático de represión y desapariciones forzadas de ciudadanos extranjeros. Según el informe, estas detenciones arbitrarias son utilizadas por el régimen para justificar su narrativa de lucha contra el intervencionismo y las supuestas acciones desestabilizadoras de otros países.

La cifra de presos políticos extranjeros en Venezuela oscila entre 29 y 50, según datos recopilados por Infobae y organizaciones de derechos humanos. Entre los detenidos se encuentran ciudadanos de países como Estados Unidos, Argentina, Colombia, México, Alemania, España, Irán, Israel y Cuba, entre otros.

Las negociaciones entre Claver-Carone y los representantes del régimen venezolano son constantes y cautelosas, con subidas y bajadas en el proceso. Trump, quien tiene la última palabra, utiliza la presión económica y política para forzar concesiones de Maduro, mientras Bukele refuerza esta estrategia al mantener a 252 delincuentes venezolanos en sus cárceles.

En este escenario, Maduro se muestra incómodo y dispuesto a ceder si la Casa Blanca accede a levantar las sanciones y permite el regreso de las empresas petroleras estadounidenses a Venezuela. Para el dictador, los presos políticos, tanto extranjeros como nacionales, son simplemente moneda de cambio en su juego político.

Fuente: Infobae

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