El ex nuncio en Venezuela, Pietro Parolin, figura entre los principales candidatos a futuro Papa

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano se prepara para un período de transición crucial. Según la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis», el cardenal camarlengo, actualmente Kevin Farrell, asumirá temporalmente la administración de la Iglesia. Durante los próximos 15 a 20 días, se organizará un cónclave para elegir al nuevo pontífice.

El proceso de elección, complejo y secreto, involucra a numerosos cardenales que votarán repetidamente hasta que un candidato obtenga dos tercios de los votos. Entre los nombres que resuenan como posibles sucesores, Pietro Parolin destaca por su amplia experiencia diplomática y su profundo conocimiento de la situación venezolana.

Pietro Parolin: Un Candidato con Raíces en Venezuela

Nacido en Italia en 1955, Pietro Parolin, actual secretario de Estado de la Santa Sede, se perfila como uno de los principales candidatos para suceder al Papa Francisco. Su trayectoria incluye misiones diplomáticas en diversas partes del mundo, pero su paso por Venezuela (2009-2013) como Nuncio Apostólico dejó una huella significativa.

El 15 de octubre de 2013, el papa Francisco designa a monseñor Pietro Parolín Secretario de Estado, en reemplazo del Cardenal Tarcisio Bertone. Para ese momento monseñor Parolín desempañaba funciones como Nuncio Apostólico en Venezuela, cargo que asumió en agosto de 2009 por nombramiento del papa Benedicto XVI.

La postura de Parolin sobre Venezuela

En los cuatro años que vivió el Cardenal Parolin en Venezuela (2009-2013), el país atravesó diversas y difíciles situaciones. Primero le tocó manejar con diplomática y determinada pericia las agrias relaciones que existían entre Miraflores y la Iglesia para el momento de su llegada. Pero luego de superado este delicado impasse institucional, Parolin tuvo la agudeza y la inteligencia para leer la complejidad de la situación nacional, conocer las causas del profundo conflicto venezolano entender las posiciones, hacer empatía con las partes y comprenderlas y, sobre todo, darse cuenta de cuál es la solución y ofrecer una vía para ello. En palabras del Cardenal Urosa, Parolin fue un nuncio que supo convertirse con éxito en “artífice de paz” para Venezuela.

Su posición es clara. El problema en Venezuela sólo tiene una verdadera solución: el camino de la paz y del reconocimiento mutuo, que las partes se enfoquen en la reconciliación. Puede sonar a lugar común, pero no lo es. Puede resultar una ingenuidad, pero tampoco lo es.

En 2016, el Vaticano envió una importante carta dirigida a Miraflores, donde se hacían unos planteamientos concretos. En esta comunicación firmada por el Cardenal Parolin, la Santa Sede insistía en la necesidad de un proceso de diálogo verdadero basado en acuerdos que se respetaran, urgía a la implementación de medidas que permitieran aliviar la grave crisis humanitaria, destacaba la necesidad de avanzar por el “camino electoral” y resaltaba el inviolable respeto de los derechos humanos.

La vigencia del contenido de esa carta sigue siendo la única vía posible para superar la crisis venezolana en clave de paz.

El reencuentro con José Gregorio Hernández

Pero, así como supo dar la lectura correcta a la crisis venezolana, también Parolin aprendió a vincularse con nuestra cultura, compartir con la gente, compenetrarse en las alegrías y penas, en las ilusiones y desencuentros de todos los venezolanos y, por supuesto, conocer la fe popular que nos sostiene y caracteriza.

Más que elocuente resulta el discurso que en octubre de 2019 ofrece el Cardenal Parolin en la Pontificia Universidad Lateranense, sobre la figura del Doctor José Gregorio Hernández. Comienza así su intervención:

Quienes conocen y aman a Venezuela no pueden sino conocer y amar al Dr. José Gregorio Hernández. Es parte del país como la luz y el aroma, el cuatro, la espuma del mar y el horizonte que el venezolano -dice la canción- lleva en la piel, en el corazón, en la sangre y en los ojos1.

Así, me permito continuar con las citas de aquel discurso, porque es realmente una pieza de profundidad y belleza:

Creo que en el caso de Venezuela podemos hablar –permítanme hacerlo– de un cuarto ‘amor’ que caracteriza su catolicismo: ¡el amor al Venerable Siervo de Dios José Gregorio Hernández! Y es significativo que este amor se dirija a un laico, que ha ejercido concienzudamente su profesión de médico hacia todos, prestando especial atención a los pobres y necesitados, uno de esos ‘santos de al lado’ mencionados por el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate.2

El Cardenal Parolin, expresa con una fuerza y una convicción conmovedora su relación y su encuentro con José Gregorio Hernández, pero no sólo con él y su testimonio, sino en la relación del hombre santo con todo un país:

Sin embargo, José Gregorio Hernández no es solo patrimonio de los católicos: su figura fascina y une a todos los venezolanos, pobres y ricos, eruditos o no, personas de todas las razas, orígenes étnicos, afiliaciones ideológicas y políticas. Podemos decir que la santidad va más allá de los confines visibles de la Iglesia y toca a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos, sin dejar a nadie insensible.3

Así conoció Parolin a José Gregorio Hernández. Podemos captar hermosamente la razón, profunda y simple, por la cual vendrá a la ceremonia de beatificación del Santo de los pobres. No viene a una ceremonia, viene a un reencuentro.

Otros Candidatos y el Proceso del Cónclave

Además de Parolin, otros nombres suenan con fuerza en el cónclave. Entre ellos se encuentran el cardenal Matteo Zuppi, conocido por su labor en la mediación de conflictos, y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, con una amplia experiencia en la Iglesia asiática.

El arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, también destaca en las conversaciones sobre posibles sucesores. Su labor al frente de la Conferencia Episcopal Italiana y su mediación en conflictos, como su reciente misión de paz en Ucrania, reflejan su compromiso con causas sociales.

Por su parte, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, ha ganado relevancia tras la guerra Israel-Gaza, manifestando su disposición para mediar por la liberación de rehenes. Este compromiso con la paz lo convierte en un candidato de interés.

El cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, representa a la creciente comunidad asiática en la Iglesia. Su carisma y experiencia pastoral en contextos diversos atraen a quienes buscan una Iglesia más inclusiva.

Entre los teólogos, destaca el arzobispo Péter Erdő, conocido por su esfuerzo en el diálogo ecuménico, y Cardenal Michael Czerny, que aboga por la justicia social y el cuidado del medio ambiente. Aunque este último se encuentra cerca del límite de edad para ser elector, su dedicación a causas humanitarias fortifica su candidatura.

El arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero, se ha ganado un lugar significativo en el diálogo interreligioso en contextos mayoritariamente musulmanes. Sus experiencias aportan una voz valiosa en un mundo plural.

El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, líder en la iglesia africana, es otro actor relevante, mientras que Jean Marc Aveline ha adquirido visibilidad internacional por su rol en conferencias episcopales, mostrando su capacidad para generar consenso.

El debate en torno a los candidatos papales refleja ideologías que pueden dividir a los cardenales entre visiones más «conservadoras» y «progresistas». Sin embargo, como lo destacó Benedicto XVI, no existen dos Iglesias separadas, sino una única misión que busca proclamar el Evangelio.

La elección de un nuevo Papa es un proceso reservado y complejo, en el que la figura del cardenal se convierte en protagonista. En este contexto, 110 de los cardenales del Colegio cardenalicio, compuesto por un total de 252 miembros, han sido elegidos por el Papa Francisco. De estos, 138 son electores, menores de 80 años y con derecho a voto en el próximo cónclave, reportó hoy el diario español El Debate.

La diversidad geográfica y cultural del Colegio se refleja en su composición actual, con una notable mayoría de cardenales creados por Francisco, quien ha nombrado a 149 cardenales durante su pontificado, en comparación con sus predecesores Benedicto XVI (62) y Juan Pablo II (41). Este hecho podría influir en la transición hacia un sucesor que continúe su legado pastoral.

Según recuerda la televisora española La Sexta, el Informe del Colegio Cardenalicio fue lanzado en diciembre de 2024 y presenta a una serie de cardenales y su posición sobre una serie de temáticas clave que enfrentan la Iglesia y la sociedad a día de hoy. El informe de Pentin muestra un total de 22 cardenales papables, pero de estos son doce los que se colocan con cierta ventaja de cara al próximo Cónclave de la Capilla Sixtina:

Pietro Parolin

Angelo Bagnasco

Matteo Zuppi

Robert Sarah

Luis Tagle

Malcolm Ranjith

Pierbattista Pizzaballa

Péter Erdo

Willem Eijk

Anders Arborelius

Charles Bo

Jean-Marc Aveline

El Legado de Francisco y el Futuro del Papado

El sucesor del Papa Francisco heredará un legado marcado por la defensa de los pobres, la promoción del diálogo interreligioso y la preocupación por el medio ambiente. La elección de Parolin, con su experiencia en Venezuela y su visión diplomática, podría significar una continuidad en muchos de estos aspectos.

La elección del nuevo papa es un momento crucial para la Iglesia Católica y para el mundo. La experiencia y la visión del sucesor del Papa Francisco tendrán un impacto significativo en el futuro de la Iglesia y en su relación con el mundo.

Rosalbo Camargo Siliet

Rosalbo Camargo Siliet

Licenciado en Comunicación Social,
Periodista - Locutor - Desarrollador Web
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San Felipe, Venezuela - Lima, Perú

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