«Ya me torturaron y me reprimieron, pero no me van a callar. Mi voz es lo único que me queda» Así empieza su relato Juan, un joven de unos 20 años que asegura haber sido torturado física y psicológicamente por las fuerzas de seguridad venezolanas tras ser detenido en el marco de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Fue una de las 1.800 personas que, según la ONG Foro Penal, fueron detenidas en las protestas luego de que el Centro Nacional Electoral (CNE) anunciara -sin difundir las actas electorales- a Nicolás Maduro como el ganador de la contienda, un resultado que la oposición venezolana y numerosos países califican como un fraude electoral.
Las cifras de detenidos dadas por el gobierno han sido difusas. A principios de agosto, Maduro afirmó que ya había «2.229 terroristas capturados».
Juan fue excarcelado a mediados de noviembre, días después de que Maduro llamara a las autoridades judiciales a «rectificar» si hubo injusticias en las detenciones.
BBC Mundo habló con él vía videollamada. Por su propia seguridad, hemos decidido no publicar algunos detalles sobre su caso y modificado su nombre.
El joven afirma que muchos de los detenidos son maltratados, les dan «comida podrida» y a los más rebeldes los encierran en cuartos de tortura.
Mostró a BBC Mundo documentos y pruebas que corroboran su relato, que coincide con otros testimonios y con las denuncias de organizaciones no gubernamentales.
Juan, activista político opositor al gobierno, dice que la campaña electoral y los días previos a la elección estuvieron «marcados por la esperanza y mucha gente animada» a votar por un cambio.
Pero el anuncio del CNE poco después de la medianoche de aquel domingo hizo que lo que para muchos ya era un ambiente de celebración se transformara en confusión y rabia.
Miles de venezolanos salieron a las calles para protestar en contra de un resultado que consideraron como fraudulento. La oposición y organizaciones internacionales denunciaron una represión policial.
Aproximadamente 24 personas murieron en las protestas, según la ONG Provea.
Maduro y algunos de sus funcionarios han dicho que la oposición, la «extrema derecha» y grupos «terroristas» son los culpables de las muertes.
Foro Penal, una organización no gubernamental con sede en Venezuela, también tiene registro de 23 personas que fueron detenidas y luego desaparecieron.
«Nadie sabe dónde están en este momento y tenemos absoluta certeza de que fueron detenidos», le dice a BBC Mundo el abogado y activista venezolano Gonzalo Himiob, vicepresidente del Foro Penal.
El gobierno venezolano no ha respondido a las denuncias sobre las personas que han desaparecido tras las protestas.
«Hubo detenciones arbitrarias. Hay registro de personas que fueron detenidas por celebrar el resultado de la oposición que daba como ganador a Edmundo González o por publicar algo en las redes sociales», prosigue Himiob.
«También tenemos casos de personas que ni siquiera estaban protestando, pero que por alguna razón estaban cerca de una protesta y las metieron presas», añade.
Juan asegura formar parte de este último grupo.
«Un campo de concentración»
El joven, que es conocido en su localidad por su activismo político, cuenta que después de la elección el país amaneció bajo una alta vigilancia policial y militar.
Afirma que estaba en la calle haciendo una diligencia cuando un grupo de hombres encapuchados lo interceptaron, le taparon la cara y lo golpearon mientras le decían que era un terrorista.
«Me sembraron bombas molotov y gasolina, y luego me llevaron a un centro de detención», prosigue.
Señala que no es la primera vez que le pasa esto. En 2017, cuando decenas de miles de venezolanos salieron a las calles para protestar en contra del gobierno de Maduro, también lo «secuestraron».
Desde entonces, dice que las autoridades lo amenazan y lo acosan constantemente.
Pero esta vez, lo acusan de terrorismo, incitación al odio, entre otros crímenes.
Estuvo detenido en una prisión del interior de Venezuela por varias semanas hasta que lo trasladaron a Tocorón, una cárcel de alta seguridad ubicada a unos 140 kilómetros al suroeste de Caracas, conocida por haber sido una base de operaciones del Tren de Aragua, uno de los grupos criminales más temidos de América Latina.
Allí viviría lo que califica como la peor experiencia de su vida.
«Cuando llegamos a Tocorón, nos desnudaron, nos golpearon, nos insultaron, nos gritaban ‘terroristas’. Teníamos prohibido subir la cara y mirar a los custodios; teníamos que bajar la cara hacia el piso», relata Juan.
«Luego nos uniformaron y nos subieron a las celdas», prosigue.
A Juan le asignaron una pequeña celda de tres metros por tres metros, que tenía que compartir con otras cinco personas.
Allí había seis camas distribuidas en tres literas y un «cuadrito» sin privacidad en una esquina, en el que había un pozo séptico y «un tubo que servía como regadera». Ese era el baño.

Fuente de la imagen,Daniel Arce-Lopez/BBC
Describe las camas como «tumbas de cemento» con una colchoneta muy fina.
«Más que una cárcel, en Tocorón me sentí en un campo de concentración», asegura el joven.
«Me hizo pensar a lo que he visto en películas y escuchado de los campos de concentración y tortura de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile».
El gobierno venezolano acusa de terrorismo, incitación al odio, asociación para delinquir, daños violentos a la propiedad pública y obstaculización a las vías públicas a la mayoría de los detenidos en las protestas.
El presidente Maduro los ha tildado de «criminales fascistas» y se ha jactado de haberlos enviado a cárceles de máxima seguridad.
«No fueron manifestaciones pacíficas, sino focos de personas delictivas armadas, actuando para crear un caos y buscar una intervención extranjera», explicó el fiscal Tarek William Saab hace unas semanas.
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, añadió: “En esto no podemos continuar: aquí a cada perdón se sucede una nueva conspiración, y a cada conspiración, un nuevo perdón”.
El 11 de noviembre, Maduro hizo un llamado a los jueces del país a revisar los casos y «rectificar» si hubo errores en las detenciones poselectorales.
Cinco días después, la Fiscalía General de Venezuela anunció la excarcelación de 225 personas que fueron detenidas en el marco de las protestas.
De acuerdo con el Ministerio Público, la decisión fue el resultado de «exhaustivas investigaciones basadas en nuevos indicios y elementos probatorios recabados por los fiscales».
Juan forma parte del grupo que fue excarcelado.
Estima que, como él, muchas personas fueron excarceladas debido a que padecen alguna condición médica.